Desde 1821

Sala Blas Cabrera Felipe

IES Canarias Cabrera Pinto

Así era descrito en los libros de la época:

[…] se compone de una armadura parecida á la de los arados […] con un juego delantero compuesto de una sola rueda […] cuchillas colocadas en el centro de la cama. […] tiene en su estremo una reja triangular que corta horizontalmente el terreno […] en direccion de la marcha del instrumento […]

[…] dos cuchillas son curvas en sus estremos, presentando su curvatura en sentido contrario una de otra, de modo que introducidas en el suelo van rozando y arrancan las malas yerbas. […] Como complemento, tiene ademas un pequeño rastro que sigue al instrumento en su marcha y que va recogiendo las malas yerbas.

MUÑOZ Y RUBIO, P. J. (1864), Material agricola. Madrid, Imprenta de Tomas Nuñez. pp. 82-85.

La operación que tiene por especial objeto el hacer desaparecer los cardos y otras plantas extrañas que entre las cultivadas nacen y vegetan, se llama escarda. […]

[…]

El arranque de las plantas extrañas debe verificarse […] cuando éstas se elevan ya algo sobre el suelo […] y en los cultivos de esta forma [en línea] por medio […] [de] cualquiera de los aparatos que se destinan á labores ligeras.

Se debe procurar siempre que la destrucción de las extrañas se efectúe antes de que granen, para evitar que sus semillas ensucien nuevamente el suelo; conviene retirar de él las arrancadas, sobre todo las que tengan raíces vivaces como la grama, porque sinó muchas de ellas vuelven á prender.

DE BENITO Y LÓPEZ ESCRIBANO, G. (1896), Tratado de Agricultura elemental. 6ª ed. Valladolid, Imprenta y librería de José Manuel de la Cuesta. pp. 122.