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Sala Blas Cabrera Felipe

IES Canarias Cabrera Pinto

Así era descrito en los libros de la época:

Una cuerda sin fin, sujeta por una polea en el fondo de un pozo y pasando por cima de otra polea en la parte superior, puede proporcionar cierta cantidad de agua elevada, si se somete á un rápido movimiento ó sea á bastante velocidad, para que surta efecto la natural adherencia del agua. [...] con la cual no deja de ofrecer analogías el rosario de los chinos, reducido á unas rodajas de cuero ó de madera, colocadas á espacios equidistantes á lo largo de una cuerda sin fin. [...] Hay mecanismos de rosario perfeccionados, cuyos efectos no han sido muy notables, y la llamada bomba hidrodinámica, consistente en una correa sin fin, gruesa y con agujeros [...]

ABELA Y SAINZ DE ANDINO, E. (1877), Agricultura elemental. Parte segunda. Madrid, Librería de Gregorio Hernando. pp. 319.

Máquina de rosario, llamada así porque una cadena c lleva de trecho en trecho unas rodajas de cuero, que al moverse con el manubrio m y elevarse en el tubo t elevan cierta cantidad de agua.

BOTIJA Y FAJARDO, A. (1878), Atlas de agricultura. Madrid, Librería de D. Gregorio Hernando. pp. 9, Lámina 9.

Por la fuerza de adherencia, una cuerda que pase por dos poleas, una de ellas sumergida, puede elevar cierta cantidad de agua; pero es de mayores resultados la noria rosario (fig. 65), que consta de una cadena con discos de cuero á trechos, que se introduce por la boca inferior de un tubo vertical (buzo), en parte sumergido, cuyo diámetro interior es próximamente igual al de los discos, de modo que haciendo girar la cadena se eleva continuamente una columna de agua.

MARTIN AYUSO, D. (1897), Agricultura elemental. Oviedo, Imprenta de Pardo, Gusano y Compañía. pp. 157.